lunes, diciembre 26, 2011
Regalo de La Gaticueva
150. Villancico.
Caos es la única palabra que sería capaz de aproximarse a una descripción del Centro Histórico de San Salvador en la semana previa a la navidad. Miles de personas que hormiguean con los rostros congestionados por el calor, entre los cientos de bocinas del tráfico parado por horas, como dinosaurios atrapados en las prehistóricas pilas de alquitrán, gimiendo lastimeramente al azulísimo cielo de diciembre mientras se hunden en la reverberación del calor que desprende cada centímetro cuadrado del exterior, sin el auxilio del aire acondicionado. En medio de la Plaza Cívica frente a la Catedral, bajo la sombra de la ceiba, apoyada en la verja pintada de verde, una prostituta cincuentona entrada en carnes, deja ver descaradamente su oficio enfundado en una camisa de tubo de un morado metálico, que le queda dos tallas más chica, al igual que la falda de algodón alicrado, de un verde limón, que marca la tanga en su enorme trasero; todo le tiene sin cuidado, mira alrededor disfrutando del paisaje mientras tararea: “güi güish una meri crismas… güi güish una meri crismas… güi güish una meri crismas an japi niu yiiiiirrr…”
¡Felices fiestas! y espero verlos en el 2012
lunes, diciembre 19, 2011
El camino de vuelta
Luego de la Ofensiva hasta el Tope, la entrada a la UES, en el exilio por supuesto, como sino y los actos culturales que invariablemente terminaban en fiesta, sonando lo que estaba sonando con furor en ese momento: Alto al Fuego de Alux Nahual... ¿Alux qué? ¿qué son de dónde? y entonces alguien me sacaba de mi ignorancia musical y me enteraba que además del rock argentino y del inmortal Bronco (la banda salvadoreña por favor), estaba esta buenísima banda chapina que era de las de reír y llorar, o como quien dice, incondicional de la montaña rusa de tus emociones.
Ese lapsus de los noventa, repito la frase, junto con un par de compañeras del cole y la noticia de tooooda la gente que se ha marchado del país (donde vuelvo a caer en cuenta que uno es cuerudo como decía mi abuela), me volvió a encontrar en el concierto de Alux, al que Saimon me convenció de ir para salir del mutismo crónico de los últimos días, y donde de repente me encontré pensando en pasado ¿esa es señal de que ya soy adulto contemporáneo? de pronto consideré que a la mejor había que crecer, ser cauto con las emociones y dejar las ideas exóticas sobre cambiar el mundo y esas vainas, pero la idea no arraigó así que la dejé ir como una de tantas cosas disparatadas que a veces se me ocurren, como se me ocurre a veces irme del paisito para nunca más volver, dejar de escribir y jamás volver a hacer teatro.
El concierto estuvo bien, el finde fue como uno de esos oasis que tienes de vez en cuando en la vida, cuando alguien en alguna parte del cosmos se cansa de jugar con tus huesos y te deja respirar un rato... ahora a dejar de vagabundear y a retomar de nuevo 365, el volver a estar frente al papel en blanco (o a la pantalla en blanco si nos ponemos tecnológicos, vaya) es siempre una experiencia aterradora, pero ¿qué sería de nuestro valor si no pudiéramos ponerlo a prueba de vez en cuando?
lunes, diciembre 12, 2011
Harry ha regresado
lunes, octubre 17, 2011
Humedad
Todo,
todo,
en el aire,
en el agua,
en la tierra
desarraigado y ácido,
descompuesto,
perdido.
El agua hecha caballo antes que nube y lluvia.
Los toros transformados en sumisas poleas.
El engaño sin malla,
sin "tutu",
sin pezones.
La impúdica mentira exhibiendo el trasero
en todas las posturas,
en todas las esquinas.
Las polillas voraces de expediente cocido,
disfrazadas de hiena,
de tapir con mochila.
Las techumbres que emigran en oscuras bandadas.
Las ventanas que escupen dentaduras de piano,
cacerolas,
espejos,
piernas carbonizadas.
Porque mirad
sin musgo,
mi corazón de yesca,
qué hicimos,
qué hemos hecho
con nuestras pobres manos,
con nuestros esqueletos de invierno y de verano.
Desatar el incendio.
Aplaudir el desastre.
Trasladar,
sobre caucho,
apetitos de pústula.
Prostituir los crepúsculos.
Adorar los bulones
y los secos cerebros de nuez reblandecida...
Como si no existiera más que el sudor y el asco;
como si sólo ansiáramos nutrir con nuestra sangre
las raíces del odio;
como si ya no fuese bastante deprimente
saber que sólo somos un pálido excremento
del amor,
de la muerte.
lunes, octubre 10, 2011
Un cuento que adeudo
16. El Norte
Lo contó de nuevo, había $1,200 y aunque lo contara otras doce veces no iban a aparecer $300 por arte de magia. El tipo se lo había dicho por teléfono: $1,500, para pasado mañana, los más espeluznante no era eso. Lo más espeluznante había sido escuchar a esa voz desconocida hablando sobre su casa, su mujer, su hija, su perro, el pequeño negocio de cereales, su vida, su vida contada como cualquier cosa por una voz extraña que amenaza con que todo se acabe, que le pone un precio a su vida sin conocerla, sin saber si él puede reunir lo que su vida vale ahora porque si, porque a un tipo se le ocurrió, porque su teléfono resultó favorecido en la lotería de la desgracia.
No lo va a volver a contar ¿para qué? La mujer se queda con la mirada en el vacío, hasta que él la sacude, está de pie, tiene prisa, meten en dos mochilas lo que hay a la mano, despiertan a la niña, le dejan algo de comida al perro para que no haga ruido. Salen. El hombre le dice bajito que conoce un coyote.
131. Inicios.
Para J. A. M.
El tipo caminaba de prisa, eran las seis y treinta de la mañana y la gente debía estar entrando a sus primeras clases, a esa hora ya estaba él en la cuadra, pero ahora el cambio de rutina lo había retrasado. Era su primer día como comerciante independiente. El viernes se lo había dicho a su jefe: que renunciaba. Seis meses de ahorros estaban ahora puestos en su espalda: la mochila con el café, los vasos, la bolsa con el pan dulce. El logo lo había hecho su hijo mayor, que el otro año entraría en bachillerato y era muy bueno para inventar anuncios. El hombre, curtido y moreno, ponía en esa mochila de café todas las esperanzas de un nuevo principio, en su espalda se leía: “mi cafecito” y un dibujo de una humeante taza blanca. La gente de la universidad ya estaba entrando, se había retrasado en su primer día. El hombre caminó tan de prisa como el peso a su espalada se lo permitió.
lunes, octubre 03, 2011
Diario de Harry. Crónicas de bar
lunes, septiembre 26, 2011
365
lunes, septiembre 19, 2011
Diario de Harry. Remembranza del segundo comunicado del MPPU

Hace un año por estas fechas, en víspera de los desfiles patrios y con un encendido debate sobre la salida o no de las cachiporristas, tema que como muchos otros ha desaparecido de la agenda nacional con la misma rapidez con la que se dejó de hablar de los gastos en viajes de los señores diputados, la finalización de la Diego de Holguín y un largo etcétera en nuestra deteriorada memoria a corto plazo, salió este comunicado del MPPU, que ahora quería recordar para que no se sume a la larga lista de olvidos nacionales.
El MPPU ve con beneplácito la sensata postura de la Secretaría de Inclusión, la Secretaría de Cultura y el Ministerio de Educación en cuanto al asunto de seguridad nacional alrededor de la prohibición de cachiporristas en los desfiles y considerando que el tomar medidas al respecto, sobre todo al respecto de las faldas de las cachiporristas, es mucho más urgente para la patria que estériles discusiones sobre los gastos de los señores diputados en sus paquetes de viajero frecuente o la existencia de candidatos independientes, temas que abordaremos a posteiori si antes no surge algo más importante, como la eliminación de los escotes en los programas matutinos.
Por lo tanto y teniendo en cuenta que estas sesudas discusiones requieren de ideas, porque como dijo el contramaestre H.W.Z. de la real armada patafísica, al verse sin un peso para el almuerzo: "ideas quiere la guerra", el MPPU desea hacer su aporte ideológico a la cuestión, para lo cual pedimos a los organismos antes mencionados, así como a los tres poderes del estado, tomar en cuenta las siguientes recomendaciones.
EXIGIMOS
- Castigar con 20 latigazos a las impías que, utilizando o no un uniforme de cachiporrista, portando una cachiporra o una porra, o cualquier objeto que las convierta en sospechosas de cachiporrería, se presten a ser instrumento de la corrupción de género en el territorio nacional, así mismo, se pide que se le ampute el pulgar a los coreógrafos, directores de bandas y otros implicados en esta red organizada de cachiporrería, que pervierte a nuestra juventud, obligándola a utilizar su tiempo libre en actividades de perversión, cuando bien podrían estar viendo tv o a la salida de sus pasajes o en el billar, en sanas compañías.
Y para llevar a su natural desarrollo nuestra preocupación por la salud moral de nuestra población, proponemos:
- Girar orden de captura a la Siguanaba, por exposición impúdica
- Cubrir la imagen de una mujer, a la que se ha explotado sexualmente, utilizando su desnudez para simbolizar algún tergiversado valor patrio en el Redondel Constitución, imagen conocida por más señas como La Chulona
- Eliminar el concurso de calzonetas en Miss El Salvador, así mismo la parte de preguntas, esto último por salud mental
- Eliminar del territorio nacional el pervertido platillo culinario conocido como pupusa, dada la connotación sexista y chocarrera de esta palabra, de todos conocida así que no entraremos en detalle
Y otras que seguramente irán surgiendo.
Animados por el sentido de inclusión y de igualdad de género, también pedimos:
- Atacar la manía de los salvadoreños por colocar imágenes impúdicas en lugares públicos, cubriendo la exposición inmoral de la imagen conocida como El Chulón
- Exigir a los futbolistas (sin distinción de género) que utilicen prendas más largas, para evitar que la fanaticada caiga en la tentación de echar miradas lascivas a los jugadores en vez de a la pelota
De esta forma, el MPPU, contribuye a salvaguardar el orden en nuestra pequeña gran patria, porque como dijo Norman: "el mecate es mío".
¡Mierdra! ¡Fynanza! ¡Fisica!
Movimiento Patafísico Padre Ubú. MPPU
martes, septiembre 13, 2011
Diario de Harry. La patria de Salarrué
Salarrué
21 de enero de 1932 (de la era de Martínez)
Mis amigos me han dicho «Tú que eres sereno, tú que ves las cosas con los ojos adormilados, tú que estás siempre en la tierra del ensueño, en ese mundo irreal a donde los golpes de la marea de aquí abajo no llegan, por lo mismo, por eso, tú debes dar tu opinión en estos momentos en que la patria se encuentra en la indecisión. Apunta tu microscopio y dinos que ves y como lo ves, de algo ha de servirnos, hazlo por patriotismo, dígnate pisar con tus plantas la tierra firme, siquiera por una vez... ».Y se han echado a reír. Conozco en su manera, que lo han dicho en parte como burla amistosa, con el cariño que infunden los locos pacíficos, en parte en serio y es por ello que yo me he quedado perplejo y me he sentido luego como incomprendido, tenido como un ser vago e inútil, de un mundo problemático. Y me he indignado en mi dignidad de hombre y he alzado mi grito de protesta como la voz en el desierto escribiendo esta respuesta a los patriotas sin nombre...
Yo no tengo patria , yo no se que es patria : ¿A qué llamáis patria vosotros los hombres entendidos por prácticos? Se que entendéis por patria un conjunto de leyes, una maquinaria de administración, un parche en un mapa de colores chillones. Vosotros los prácticos llamáis a eso patria. Yo el iluso no tengo patria, no tengo patria pero tengo terruño (de tierra, cosa palpable). No tengo El Salvador (catorce secciones en un trozo de papel satinado); tengo Cuscatlán, una región del mundo y no una nación (cosa vaga). Yo amo a Cuscatlán. Mientras vosotros habláis de la Constitución, yo canto a la tierra y a la raza: La tierra que se esponja y fructifica, la raza de soñadores creadores que sin discutir labran el suelo, modelan la tinaja, tejen el perraje y abren el camino. Raza de artistas como yo, artista quiere decir hacedor, creador, modelador de formas (cosa práctica) y también comprendedor. La mayor parte de vosotros se dedica en su patriotismo a pelearse por si tienen o no derecho, por si es o no constitucional, por si será fulano o zutano, por si conviene un ismo u otro a la prosperidad de la nación. La prosperidad es para vosotros el tenerlo todo, menos la tierra en su sentido maternal. Capitalistas embrutecidos, perezosos y bribones muestran sus caras abotagadas y crueles a no menos crueles comunistas pedigüeños, sórdidos y rapaces. Mientras estos dos bandos en todos sus grados de intensidad se gruñen unos a otros, nosotros los soñadores no pedimos nada porque todo lo tenemos. Ellos se arrebatan las cáscaras y nos dejan la pulpa : - El pan es mío, todo mío, dejadme vender el pan», gritan unos;«no» dicen otros :« tenemos hambre y el pan es nuestro, porque la tierra es nuestra»... Mientras nosotros los soñadores, sin que nadie se oponga, hacemos crecer la espiga embelleciendo el paisaje, gozamos la música del maizal que sonríe con la brisa, recogemos cantando la mazorca y dejamos el comerla a tarascadas a los puercos. El cafetalero es un pedante que habla del mercado, de la baja, del alza, cuenta pisto agachado sobre las mesas, husmea costales y no ha estado nunca tirado al fondo de un cafetal, en el misterio de las noches de luna ; no nota la belleza del grano sangriento cuando resbala entre los dedos de las cortadoras cantarinas, no conoce el aroma y la leyenda de la flor del cafeto. El azucarero no ha oído nunca el susurro consolador de los cañaverales, ni ha visto meterse al chipuste en marejadas armoniosas. Todos ellos gritan alrededor de una sola cosa: el dinero. Unos quieren ganar el quinientos por ciento y otros quieren que se les suban sus salarios. El comunista usa un botón rojo y habla de degollar, llama justicia al buen pan y buen vino bien compartido, y no han sabido nunca del saber dar a quien todo lo tiene, que es quien nada tiene. El indio del arado y de la cuma que hace el paisaje agrario bajo el sol crudo, está satisfecho de hacer vivir con sus manos toscas y renegridas, manos de Dios, a un pueblo entero que se entrega a una locura llamada política; que no sólo es infructuosa sino dañina. Este indio vive la tierra, es la tierra y no habla nunca de patriotismo. Ni teme al extranjero que nada puede quitarle lo de él, a menos de quitarle la existencia.
Yo que paso en la tierra del ensueño, según vosotros, yo estoy más en el corazón de la tierra, arraigado de verdad y con raíces abajo y queriendo florear por arriba. Si la tierra de Cuscatlán se alzara un día personificada llamando a sus hijos, a mí, de los primeros me reconocería y no a los políticos y a los istas de esta cosa llamada patria. El Salvador y demás zarandejas que simbolizan con banderas y escudos y que señalan con fronteras imaginarias. No, no soy patriota ni quiero serlo; tengo mejor concepto de un guineo patriota que de un hombre patriota. A mí no me agarran ya con esas cosas respetables. Ni siquiera trabajo en Patria, trabajo en Vivir, es decir, no en la patria sino en la vivienda, terruño o querencia, como diría Espino. Vivienda, sí, con sueño y todo, pero viviendo una vida real, la vida que se saborea como vino sagrado. Yo no aro ni siembro ni cosecho la tierra: oficio ante el altar y doy las gracias en nombre de los soñadores cosechando un grano invisible que desgrano de la mazorca de la vida y de la espiga de la costumbre ¿que cosa es vuestra patria que yo no la miro ?.. Me pedís que descienda a vuestra realidad y no se donde poner el pie; por todos lados encuentro arena movediza. Si yo os invito a que vengáis a mi terruño, tendréis amplio campo donde correr y sudar; podréis untaros las manos en barro fresco y llenaros el pecho de aire puro. En esa vuestra patria yo sólo respiro odio, cobardía, incomprensión.
¡Que diera yo por traeros a esta mi tierra ¡...Ya los pocos que había conmigo se han marchado; me encuentro casi solo. Solo con el indio contemplativo y la mujer soñadora. Ya no hay Miranda Ruano que escriba Las Voces del Terruño, libro que ya nadie lee; Ambrogi habla constantemente de Quiñónez; los Andino escriben «Política»; Bustamante es empleado de juzgado; Castellanos Rivas se hace Secretario Particular; Guerra Trigueros no oye mas caer las estrellas en la fuente inmemorial; Julio Ávila se dedica al comercio; Llerena enmudece; Gómez Campos tiene tienda; Paco Bamboa se doctora; Salvador Cañas «prepara» a sus muchachos; Masferrer ya no canta; Gavidia discute sobre el radio; Chacón hace seguros de vida; Rochac habla de finanzas; Villacorta se queja de la tesorería; Vicente Rosales anda en corrillos; Miguel Ángel Espino es fuente seca; y en fin, me veo solo en la tierra de la realidad, apenas con un Mejía Vides que quiere ir al estero a pintar un tiempo (como Gauguin en Taihiti) y un Cáceres que sueña y llora en los rincones del «Atlacatl».
Sí, ¡qué diera por traeros a esta mi tierra! (Que no es hipotética, como la vuestra): cerros enmontañados, y llanos ondulantes en donde al salir el sol cantan los gallos, en dónde no hay artículo número tal, sino un árbol de grata sombra; en dónde no hay el inciso cuarto; sino el ojo de agua para la sed; en dónde la ley de tal cosa está representada por la lluvia, por la luna o por el viento.
Lírico, sí, es verdad; pero lírico sobre el polvo de la tierra y no prosaico e insípido sobre hediondos conceptos y rancias doctrinas. Lírico bajo el cielo azul, y no sórdido bajo la loza del istmo.
Como me lo pedís, he pisado ya con mis plantas la tierra firme; pero la mía, no la vuestra, que no es firme ni es tierra sino humo (del feo). Lo he hecho porque me habéis obligado, porque al fin habéis conseguido distraerme de mi “éxtasis azul impráctico” y hasta habéis logrado indignarme un segundo. Sabed de una vez por todas, que no tengo patria ni reconozco patria de nadie. Mi campo es más amplio que esa tajadita de absurdo que queréis darme. Mucho más amplio. Ni siquiera el mundo. Ni siquiera el cosmos...
martes, septiembre 06, 2011
Alicia abajo del cielo sin diamantes
martes, agosto 30, 2011
Diario de Harry. ¿Para qué sirve?
Tardará, tardará.
Ya sé que todavía
los émbolos,
la usura,
el sudor,
las bobinas
seguirán produciendo,
al por mayor,
en serie,
iniquidad,
ayuno,
rencor,
desesperanza;
para que las lombrices con huecos portasenos,
las vacas de embajada,
los viejos paquidermos de esfínteres crinudos,
se sacien de adulterios,
de hastío,
de diamantes,
de caviar,
de remedios.
Ya sé que todavía pasarán muchos años
para que estos crustáceos
del asfalto
y la mugre
se limpien la cabeza,
se alejen de la envidia,
no idolatren la saña,
no adoren la impostura,
y abandonen su costra
de opresión,
de ceguera,
de mezquindad.
de bosta.
Pero, quizás, un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro les sirva para sentirse humanos,
ser hombres,
ser mujeres,
-no cajas de caudales,
ni perchas desoladas-,
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.
Y entonces...
¡Ah!, ese día
abriremos los brazos
sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo,
hasta de nuestra sombra;
y seremos capaces de acercarnos al pasto,
a la noche,
a los ríos,
sin rubor,
mansamente,
con las pupilas claras,
con las manos tranquilas;
y usaremos palabras sustanciosas,
auténticas;
no como esos vocablos erizados de inquina
que babean las hienas al instarnos al odio,
ni aquellos que se asfixian
en estrofas de almíbar
y fustigada clara de huevo corrompido;
sino palabras simples,
de arroyo,
de raíces,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavía
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.
lunes, agosto 22, 2011
Diario de Harry. Cosas de bar
lunes, agosto 15, 2011
Espacios públicos, convivencia ciudadana y teatro
El espacio público, concebido como un lugar de libre circulación, dominio público y uso social colectivo es necesario tanto para la satisfacción de necesidades básicas (transporte, tránsito de personas y materiales, comercio, etc.) como de aquellas actividades de socialización (relaciones, identificación y expresión colectiva) que permiten la construcción de un tejido social saludable.
Entre los espacios públicos urbanos de San Salvador, especialmente en lo que ahora se conoce como Distrito Centro Histórico, las plazas jugaron un papel importante en la socialización y convivencia ciudadana durante la primera mitad del siglo XX, dándose en ellas diferentes actividades sociales: actos políticos y militares, así como artísticos y culturales e inclusive tecnológicos y científicos. Varios factores se conjugaron en el deterioro de las plazas y parques como lugares de convivencia ciudadana a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado y aunque algunos, como la represión e inestabilidad social en el conflicto armado, ya han sido solventados; otros como la violencia, delincuencia, deterioro físico e inseguridad ciudadana, continúan vigentes, si bien en menor medida que hace una década, pero siempre dificultando la recuperación y desarrollo de estos espacios de convivencia ciudadana.
Algunas plazas sirven actualmente como espacios para el desarrollo de actividades políticas o religiosas, sin embargo, sigue sin desarrollarse la dimensión lúdica y artística de estos espacios, que puede abonar al sentido de identificación, seguridad y convivencia ciudadana de diversos sectores, tan necesarios para el desarrollo de la identidad y sentido de seguridad en la capital. Es aquí donde el teatro de calle puede, entre sus diferentes posibilidades, resultar en un espacio de juego, convivencia y esparcimiento ciudadano que puede y debe ser integrado al paisaje urbano.
Por su naturaleza y estructura, el teatro de calle difiere totalmente del espectáculo en una sala. El teatro de calle puede ser desarrollado en espacios públicos abiertos: calles, zonas peatonales, plazas, fachadas de edificios públicos y otros con gran afluencia de personas, donde se busca el encuentro, muchas veces casual, entre el espectador y el espectáculo. El teatro de calle puede combinar diferentes propuestas escénicas: circo teatro, danza, títeres en gran formato e incluso llegar a zonas fronterizas con el performance o la instalación, sin convertirse en estos, pudiendo buscar o no la interacción directa y participación del público en tránsito por el espacio y en ocasiones, como en el teatro invisible de Augusto Boal, el público puede pasar desapercibido el reconocimiento del espectáculo teatral, integrándolo a su experiencia cotidiana.
La accesibilidad del espacio público es trasladada al teatro de calle, el público no necesita pagar una entrada o trasladarse hacia el edificio teatral para presenciar la obra teatral, es el espectáculo el que interviene en el espacio, irrumpe en la cotidianidad urbana y transforma el espacio público en un lugar de expresión social a través del arte, en un espacio donde el ciudadano puede darse licencia para el goce estético y recuperar de esta forma, su dimensión humana, mecanizada por el ritmo de vida cotidiano, la violencia y la situación de sobrevivencia a la que muchos se ven sometidos.Aunque en nuestra experiencia y atendiendo a la realidad en la que el oficio escénico se desarrolla en nuestro país, hemos desarrollado espectáculos para espacios no convencionales, es decir, que se representan en espacios que no son edificios teatrales, los diferenciamos de aquellos espectáculos que son concebidos como teatro de calle, como es el caso de La Fiesta de los Djinn. En este montaje, la utilización del espacio público fue determinante para la construcción dramatúrgica del mismo.
La fiesta de los Djinn es concebida como un espectáculo de teatro de calle, donde la historia de la creación del fuego por los Djinn (genios del fuego en la tradición árabe), es el punto de partida para una sucesión de danza y juegos malabares, donde el diálogo es sustituido por la música, el movimiento en el espacio y la expresividad del cuerpo del actor para desarrollar el espectáculo, desde un estado onírico hasta la exaltación de ánimo del final, donde el espectador se ha identificado plenamente con el espectáculo. La magia del teatro de calle consiste en atrapar dentro de su magnetismo al transeúnte casual y convertirlo en el participante del espectáculo, en transformar la calle en el espíritu del teatro: el encuentro y común unión entre actor y espectador.
lunes, agosto 08, 2011
La feria de agosto
lunes, agosto 01, 2011
Lughnasadh con lluvia
lunes, julio 25, 2011
Diario de Jen. Volver visible lo invisible
lunes, julio 18, 2011
Cuentos
lunes, julio 11, 2011
lunes, junio 20, 2011
Utopías
1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.
lunes, junio 13, 2011
Diario de Harry. Visitas divinas
lunes, junio 06, 2011
Tutorial para discursos políticos efectivos

martes, mayo 24, 2011
Diario de Harry. Martes
viernes, febrero 11, 2011
No leer en los buses
lunes, enero 03, 2011
Diario de Harry. Propósitos de Año Nuevo
