sábado, octubre 03, 2015

Mujeres

Me gusta trabajar con mujeres... con La Cofradía de las Oblatas del Divino Ósculo, el grupo de mujeres poetas con el que últimamente inventamos cosas en la Coordinación de Letras; con mis alumnas del Técnico en Teatro, cuando por casualidades de la vida, la clase ha sido solo de chicas; con las mujeres del Círculo de Mujeres Nahuixóchitl, cuando nos encontramos para  trabajar sobre nosotras mismas ycompartir nuestras vidas; con las chicas del TIET, cuando hablamos del diseño de algún nuevo montaje; con las mujeres reclusas, en el taller de teatro de los lunes, en el Centro de Readaptación de Mujeres de Ilopango.
Es especial la energía que se genera en un círculo de mujeres trabajando de forma femenina, es decir, trabajando de manera circular y solidaria, esa energía te acuna y te renueva.
Ese lunes, en el taller de teatro del Centro de Readaptación, además del espacio de contar historias, tenemos un espacio para mostrar los talentos, las cosas que hacemos, las cosas que nos salen bien.
Una de ellas es tímida, casi siempre habla al último, a veces no habla. Hoy también se ha quedado callada. Al final levanta la mano para pedir la palabra.  
- Yo voy a hacer dos cosas de una vez - dice- primero le voy a contar la historia: cuando yo entré aquí, yo pensaba que no podía hacer nada, que nada me salía bien. Una vez que estaban unos talleres, yo estaba viendo una señora haciendo filigrana de papel y me dijo: ¿quiere aprender? Yo probé para ver cómo se hacía y al principio me daba cólera porque no me salía y yo decía: ¡qué dunda soy! y la señora me decía: tenga paciencia, hágalo otra vez y le va a salir y mire, ahora hago esto.
Saca un cuadro y me lo da. Es un cuadro pequeño, de cartulina blanca, con filigrana de papel de colores: peces, mariposas, un barquito y letras de colores dando las gracias por las enseñanzas que hemos compartido.
- Este es para usted, porque también nos ha enseñado cosas que no sabíamos que podíamos hacer. Nos ha tenido paciencia. Yo al principio dije: yo no voy a poder, pero mire, ahora ya hago bastantes cosas de teatro.
Yo recibo el regalo. Es un gran regalo.
Terminamos con la jornada:
- ¡bien! para cerrar, en una palabra: ¿cómo se sintieron en el taller?
En medio de un montón de sonrisas, con abrazo, beso y apapacho:
- bien...
- feliz...
- como persona...
- muy poquito...
- libre...
 Después de tantas palabras y abrazos, estuve tantito así de que se me salieran las lágrimas... y después le preguntan a una que para qué hace teatro.