domingo, mayo 26, 2013

Llover

Llover a veces es como llorarse por dentro sin mojarse la ropa, por lo tanto suele suceder que uno se llueva y llueva sin que los demás noten que se trae el corazón empapado, hasta que en una de esas hay que sacudirse el agua porque todo se ha inundado y las cosas comienzan a flotar chocándose unas a otras por dentro. En estos días llueve. Llueve y si uno se queda parado cinco minutos bajo la lluvia se empapa hasta los huesos y eso si se nota, sobre todo si uno se ha dejado el paraguas en casa.
A veces hay que lloverse un poco, solo lo necesario para que las semillas olvidadas broten en los rincones más inesperados y uno pueda reverdecerse un poco. Yo creo que ando un poco nublada... quisiera que afuera de la ventana siguiera lloviendo para meterme debajo de una manta, un libro y un chocolate mientras la luz de la tarde agoniza como quien no quiere la cosa, pero que por dentro pare de llover de una buena vez porque este temporal lleva ya más de dos años y el diluvio universal amenaza con no dejar en pie ni la piedra sobre piedra que me incomoda en el zapato...
Y aquí están estos húmedos cuentos para completar el 365 de mayo que ha sido más movido de lo que esperaba.



sábado, mayo 11, 2013

Documentando

Me encanta poder ver crecer a mis amigos, en todos los aspectos: ensayar, elegir caminos, alejarse en la ruta y al encontrarnos darnos cuenta de todo lo que hemos recorrido, de todos los cambios que hemos tenido, de lo que hemos logrado y de que el cariño sigue intacto. En los noventas Tomás tomaba fotografías y estudiaba periodismo y a mí me apasionaba mi vida de bióloga y el teatro, allí nos conocimos, en el Teatro Universitario de la UES y como diría incontables veces Tomás parafraseando a Forrest Gump: "desde entonces Jeny y yo somos como el pan y la mantequilla".
A veces llegas al lugar que tienes que llegar y sin perderte reconoces que ese es tu territorio, creo que eso le pasó a Tomás cuando aprendió a hacer documentales y luego fundó Ángulos Films en 2004.
Esta semana pasada vi tres de sus producciones, en un evento que organizamos en la pequeña sala del Teatro Nacional: La Manzana Azul, Ausentes y Chanchona, la música en el alma.
Recuerdo que La Manzana Azul fue una filmación mágica, parecía que Salarrué le enviaba a Tomás el material que necesitaba para hacer el corto. Luego miraba su entusiasmo y el de toda la gente que le ha apoyado en Ausentes y en Chanchona, mientras venía a colectar material, mientras contaba en los correos cómo iba todo, mientras daba sus opiniones en los medios y ahora en la penumbra de la pequeña sala, cuando miraba sus documentales, además del orgullo que sentía por conocerlo, estaba la emoción de tener ese otro ángulo de visión sobre El Salvador, sobre lo salvadoreño, sobre los lugares desde donde puede verse esa nuestra cultura que siempre estamos negando que existe: identidad, lo ancestral, lo trasnacional, el imaginario, los símbolos, el paisaje... nuestra cultura hablada por nosotros mismos pero también nuestra cultura hablada por los otros que se acercan a ella y descubren cosas que ante nuestros ojos pasan inadvertidas, pero sobre todo nuestra cultura vista por un documentalista de sensibilidad muy especial, que a través de la imagen y de las palabras de los protagonistas nos acerca a ese significado entrañable y de orgullo que puede encontrarse en la palabra patria.
La Manzana Azul no solo presenta un retrato artístico de uno de mis santos personales, Sagatara, sino también el acercamiento a un lado muy poco conocido de nuestro enorme Salarrué. Ausentes es un documental desgarrador, así no tuvieras familiares en el Norte, como ser humano te sientes tocado por las historias de separación que el cotidiano y la sobrevivencia en nuestro paisito nos hacen invisibles y Chanchona, es una de esas cosas que al verlas te presentan a nuestro país como si ya lo conocieras pero también como si lo vieras por primera vez.
Definitivamente, si aún no has visto el trabajo de Tomás Guevara y Ángulos Films, ponlo en la lista de cosas que hacer lo más pronto posible, tanto si eres salvadoreño como si no, encontrarás un interesante punto de vista de El Salvador.

domingo, mayo 05, 2013

365 pisándose la cola

Mi vecino canta "Me siento vivo" de Fobia, a todo pulmón, no es que tenga una voz recomendable, pero en este apretujado mundo de apartamentos de colonia obrera, donde te levantas temprano y llegas tarde a casa, absolutamente desangrado por la sobrevivencia al cotidiano y al transporte público, escuchar ese tipo de declaraciones cantadas y a todo pulmón es algo que contagia, así que en el momento del coro tomo aire, me olvido de la auto censura y me uno en el  "oh,oh,oh,oh,oooooh... ¡me siento vivo!... oh,oh,oh,oh,ooooooh..." El coro termina y mi vecino grita: ¡esaaa, Jeny! asumo que es su forma de celebrarlo, así que contesto: ¡Buena, Fran! y ambos regresamos a nuestra semi intimidad de domingo, pared de por medio, mientras mis perros dormitan la modorra de las cinco de la tarde y yo continúo batallando con el maravilloso dolor de cabeza que te produce la sinusitis o la llegada del inminente lunes, como quieras tomarlo.
Acabo de revisar los 365 publicados hasta el momento y descubro que ya no tengo material atrasado para colocar cinco cuentos en cada entrada: - mmmmm - dice Harry - vamos a tener que inventarnos otra cosa. Por el momento los dejo con los dos últimos cuentos en cola, voy a irlos juntando mes a mes y se los actualizo y si no, saben que pueden encontrarlos en el Co Latino (virtual o impreso) cada sábado en la página 2.

P.d. Feliz Beltane y que el amor siempre les arrulle