sábado, mayo 11, 2013

Documentando

Me encanta poder ver crecer a mis amigos, en todos los aspectos: ensayar, elegir caminos, alejarse en la ruta y al encontrarnos darnos cuenta de todo lo que hemos recorrido, de todos los cambios que hemos tenido, de lo que hemos logrado y de que el cariño sigue intacto. En los noventas Tomás tomaba fotografías y estudiaba periodismo y a mí me apasionaba mi vida de bióloga y el teatro, allí nos conocimos, en el Teatro Universitario de la UES y como diría incontables veces Tomás parafraseando a Forrest Gump: "desde entonces Jeny y yo somos como el pan y la mantequilla".
A veces llegas al lugar que tienes que llegar y sin perderte reconoces que ese es tu territorio, creo que eso le pasó a Tomás cuando aprendió a hacer documentales y luego fundó Ángulos Films en 2004.
Esta semana pasada vi tres de sus producciones, en un evento que organizamos en la pequeña sala del Teatro Nacional: La Manzana Azul, Ausentes y Chanchona, la música en el alma.
Recuerdo que La Manzana Azul fue una filmación mágica, parecía que Salarrué le enviaba a Tomás el material que necesitaba para hacer el corto. Luego miraba su entusiasmo y el de toda la gente que le ha apoyado en Ausentes y en Chanchona, mientras venía a colectar material, mientras contaba en los correos cómo iba todo, mientras daba sus opiniones en los medios y ahora en la penumbra de la pequeña sala, cuando miraba sus documentales, además del orgullo que sentía por conocerlo, estaba la emoción de tener ese otro ángulo de visión sobre El Salvador, sobre lo salvadoreño, sobre los lugares desde donde puede verse esa nuestra cultura que siempre estamos negando que existe: identidad, lo ancestral, lo trasnacional, el imaginario, los símbolos, el paisaje... nuestra cultura hablada por nosotros mismos pero también nuestra cultura hablada por los otros que se acercan a ella y descubren cosas que ante nuestros ojos pasan inadvertidas, pero sobre todo nuestra cultura vista por un documentalista de sensibilidad muy especial, que a través de la imagen y de las palabras de los protagonistas nos acerca a ese significado entrañable y de orgullo que puede encontrarse en la palabra patria.
La Manzana Azul no solo presenta un retrato artístico de uno de mis santos personales, Sagatara, sino también el acercamiento a un lado muy poco conocido de nuestro enorme Salarrué. Ausentes es un documental desgarrador, así no tuvieras familiares en el Norte, como ser humano te sientes tocado por las historias de separación que el cotidiano y la sobrevivencia en nuestro paisito nos hacen invisibles y Chanchona, es una de esas cosas que al verlas te presentan a nuestro país como si ya lo conocieras pero también como si lo vieras por primera vez.
Definitivamente, si aún no has visto el trabajo de Tomás Guevara y Ángulos Films, ponlo en la lista de cosas que hacer lo más pronto posible, tanto si eres salvadoreño como si no, encontrarás un interesante punto de vista de El Salvador.

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