martes, mayo 24, 2011

Diario de Harry. Martes

Cuando uno anda buscando una historia, nada... la mayoría de veces creo que buscar una historia es como buscar tiempo para escribir, buscar un lugar especial para escribir, buscar a la musa o cualquiera de esas excusas que uno se inventa cuando la página en blanco te tiene muy acojonado. El tema es encontrar el valor suficiente para sentarte frente a la compu o frente a tu diario o frente a tu cuaderno o frente a alguna página en cualquier parte y hacer el ejercicio diario de escribir porque ese es tu oficio, porque no conoces otra forma de vida, porque te mueres si no lo haces, por rito cotidiano a la musa, por la misma disciplina por la que haces abdominales o aún ponerte a escribir sin que encuentres un porqué definido más allá de cierto desconcierto en la tripa que no sabes si es malestar existencial, el café de la mañana o las noticias del día anterior y aunque no creas mucho, rezas para que sea malestar existencial, que es lo único que sabes sobrellevar con un asomo de decencia, al menos más que la abstinencia de café o la realidad circundante.
En todo caso, debe ser resaca de escribidor o algo así, ese vacío que te da cuando acabas de terminar un proyecto y lo dejas descansar un rato antes de ponerte a corregir como un parricida, o es la acumulación de sucesos en estos días que van desde los instantes felices en la dicha suprema, pasando por la melancolía de que anteayer era mejor que pasado mañana, hasta el asco de este paisito imaginado, con su topping de rabia y cerecita de miedo, como cuando uno tiene mucho que decir y no encuentra por dónde comenzar porque ha sido mucho lo pasado... qué se yo. Tal vez sea únicamente que este martes huele demasiado a lunes.