domingo, abril 27, 2014

Evolución

Reflexionábamos con un nuevo amigo, sobre lo poco que ha cambiado la humanidad en cuatro siglos, al menos de fondo. Se han sofisticado los métodos para obtener cosas, para comunicar cosas, para ejercer el poder los unos sobre los otros, para matar dependiendo de la cantidad de seres a exterminar, pero en el juego de nuestros instintos básicos seguimos reducidos a los leit motiv de la sátira, caricaturizando los siete pecados capitales (que por algo tendrán ese honroso lugar, digo yo). En ese juego de feria se siguen hilando los reveses, intrigas y traiciones de todas las cortes, desde las más sencillas de oficina a las palaciegas de los grandes ministerios y poderes del estado, todos quieren su pedacito de pastel, de preferencia con solo extender la mano y ya algo masticadito para adelantar, pero jugoso, eso sí. En el juego del yo quiero se descartan palabras de diccionario,  palabras como lealtad, integridad,  veracidad, son buenas para los discursos de persona a persona o ante toda la nación y mientras lo sean, no interesa conocer su significado.
Y ahí va uno metiéndose al carnaval con ganas de ser buena gente y luego te das cuenta que aunque digas las cosas de frente te llegan puñales por la espalda, que "el vivián salvadoreño" es una especie que prolifera en todos los rincones del país y que aquello de "tirar la piedra y esconder la mano" no es un  dicho de las abuelas sino la puritita vivencia del viernes pasado y es cuando uno se acuerda de las palabras de aquel gran filósofo salvadoreño, Ulalio U, que desde su teatrino decía: "¡Usté joda al de adelante que atrás vienen jodiendo!" y las siente como sentencia de la cochina realidad.
¿Y qué hago yo en este carnaval? Una pieza de teatro te sirve para exactamente lo mismo que acariciar un perro, entrar a una hermosa y silenciosa iglesia o tomarte un par de birrias con alguien con quien podás sostener una conversación inteligente por más de cinco minutos, no vas a ganar un quinto pero hacerlo te llena un  poco ese agujero que andamos cargando en el pecho, así que ¿Qué hago yo aquí? Además de vomitar la rabia para no colocarme un cáncer...Pues hago teatro, escribo libros, acaricio perros (y gatos), me bebo un par de birrias con alguien que puede tener una conversación inteligente por más de cinco minutos y recuerdo una de mis letras favoritas de ese otro gran  filósofo que se llama  Luis Eduardo:

Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
mas que nausea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...


Y encuentro la respuesta a la pregunta: ¿Y qué hago yo aquí?

Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…


Y entonces respiro y procuro seguir así...

sábado, abril 19, 2014

Bitácora de Harry. Semana Santa

Domingo de Ramos. Diversiones favoritas de domingo: levantarse a las 8:00 a.m., prepararse un café y poner la tele con subtítulos y volumen 0 para poder ver una serie nerd en absoluto silencio. ¿Qué hacer en vacaciones? Lo mejor será  lo que más se aproxima a mi idea de una vacación, aunque me desencamine de lo usos de temporada, es decir, la playa con sus aglomeraciones y promontorios de basura queda excluída. Así que hoy, limpieza y una serie histórica con muchos asesinatos.

Lunes Santo. La carretera, el auto, los chicos. Me encanta esta sensación de carretera, los viajes por tierra, paisaje que pasa y pasa, como si la lejanía fuera en sí misma un lugar a dónde llegar. Texistepeque está abarrotado, como en toda celebración tradicional en latinoamérica el sincretismo te golpea contundente, las campanadas de la iglesia como fondo de la música en el puesto de celulares, en el parque las señoras con matilla y los hombres que colocan su hielera con cervezas en un lugar cómodo para mientras termina el rito de los Talcigüines. Nosotros, curiosos de lo que tiene que ver con el teatro y el rito, nos fuimos de nuevo  tras Jesús, su campana y la acrobática maldad derrotada en cada cruz calle, esta vez cuarenta y tantos malvados demonios en espera de ser ajusticiados por las fuerzas del bien. Parada estratégica en Coatepeque para llenarse los ojos de paisaje y de regreso a casa para ver más intrigas políticas y asesinatos (No, no estoy hablando de los noticieros, sino de la serie que nos ha enganchado). Desconección de Fb, buena idea. Démosle un vistazo a la nueva obra que estamos escribiendo.

Martes Santo. Licuado de frutas y la mágica tranquilidad que trae la rutina doméstica: limpiar, lavar, ordenar... las manos en el jabón y el agua que cae sobre los platos... en serio ¿Qué querrá este personaje? parece que no está clara la trama, voy a darle una leída hoy, completo, no me convence cómo va este asunto ¿será que mando todo al traste y vuelvo a comenzar? No... en diez páginas tiene que haber algo rescatable, pero me siento perdida con Ella... Ella, ni siquiera me ha dicho su nombre, es como si estuviera viendo todo como un voyeur ¿Qué diablos quiere Ella? ¡Dioses!... Se trata del desencanto si, pero eso es un concepto, pura filosofìa ¿Qué es lo que quiere Ella?... Hablo con Fito, pero se me ocurre ahora que tengo tiempo, hacerlo en orden, primero los discos de estudio: desde Del 63 hasta Yo te amo... Tarde de tv, se acabó la serie y habrá que buscar más sangre en otro lado que no sean las noticias de temporada. Incursión en Fb únicamente para contestar los mensajes de Francisco y leer las entregas narrativas de Berné Ayala  sobre El Colocho, que están buenísimas.

Miércoles Santo. Encontramos una nueva serie con mucha más sangre, todo bien. Si tuviera opción de paraíso sería conservar esta rutina entre la casa, el armado de montajes, rumiar ideas nuevas y la escritura del nuevo libro, cero teléfono, cero internet. Contacto humano limitado y casi finalizando un libro sobre el arte oriental, llegamos a La La La y Ciudad de Pobres Corazones, ese fué el segundo disco que escuché de Fito, de ese disco escuché Ciudad de pobres corazones y Gente sin swing una y otra vez mientras escribía Santa María de la Espera porque descubrí que eso me permitía respirar, Santa María de la Espera fué válvula de escape. Gunter me convence de abandonar por unas horas la cueva del ermitaño, el plan era ir al cine pero detesto las colas y la gente aglomerada me provoca náuseas, así que la expedición cinéfila se transforma en café, un par de cervezas más tarde y una larga conversa sobre realidad nacional. Regreso a mi nuevo libro y me topo con la desesperante página en blanco, mejor ver algo clásico: Pulp Fiction... ¡Puta madre! ¡Qué temblor! ¡Odio los temblores! Hoy no podré dormir...

Jueves Santo. Casa vacía, excepto por mí, tareas domésticas casi terminadas. Descubrimientos de la semana: las series con asesinatos sangrientos me tranquilizan, descubrir que tus pensamientos alguna vez se le han cruzado por la cabeza a un asesino en serie puede ser reconfortante, al menos sabes que no eres el único con ciertas ideas... también las tuvo el guionista; el profesor Vadime Eliseef tiene una perspectiva muy interesante sobre la filosofía del arte chino, libro finalizado ¿Qué sigue en la cola? No voy a obsesionarme con descifrar a mi nuevo personaje todavía, le daré vuelta a la idea para nueva poesía mientras tanto y dejaré que algo suceda. Hoy llegué hasta El Amor después del amor, ese fué el primer disco de Fito que escuché, el cassette me lo regaló un pasante de Matemáticas, que además me contó que en Asturias jamás había visto llover como en El Salvador, si las cintas se hubieran podido rayar de tanto escucharse, seguramente le habría pasado a esa pobre cinta, eso fué amor a primera vista, digo, lo de la música de Fito y yo... de ocho discos escuchados puedo cantar  todas las canciones ¿Eso debería inquietarme? No pude vencer mi ermitañismo este día, así que este año no sale mi tradicional tour fotográfico de penitentes y alfombras, en su lugar me tomo toda la tarde y parte de la noche para una de las tradiciones favoritas de la temporada: cocinar... luego de cinco horas, la maravillosa combinación de olores, texturas y sabores, el cortar, pelar y picar, hay ollas de pescado envuelto, torrejas y dulces de mango y jocote... me siguen pareciendo maravillosas estas vacaciones con mínimo contacto humano, aunque sigo sin poder domir, pensando en los temblores y en el atasco de mi nuevo libro.

Viernes de Dolores. Escucho la procesión a lo lejos, desde mi cama. La Gata Negra tiene este día la misma cantidad de hueva que yo... Hasta el momento el guionista de mi nueva serie favorita me gusta, comienzo a encontrar sus patrones, la estructura del personaje principal tiene un par de incoherencias, pero los seres humanos somos incoherentes así que está bien o quizás debo revisar mi primer diagnóstico de su sicopatología. Me entero que García Márquez falleció ayer, en Jueves Santo, como Úrsula Iguarán, a la mejor es que salió a tender algunas sábanas y las mariposas amarillas, confundidas por aquel blancor, tomaron las orillas de las sábanas y lo elevaron en el azul hasta perderse de vista. So pena de fallecer lapidada por ciberfanáticos desbocados, García Márquez nunca tuvo lugar especial entre los Santos de mi Devoción, pero me regaló muchas horas entretenidas en Macondo. Abandono la cueva del ermitaño y nos vamos con los chicos a Los Planes, quien haya inventado la pupusa de ajo realizó una gran contribución a la humanidad. Hoy fué el turno de mi dupla salvavidas: Circo Beat y Abre. Al Lado del Camino, el primer corte de difusión de Abre, es un himno... por un par de años, de los peores, dejé de hablar con Fito, dejé de cantar y dejé de muchas otras cosas, hasta que un día, mientras caminaba hacia la parada del bus, de repente y sin ninguna razón comencé a cantar Lo que el viento nunca se llevó y pude comenzar a buscar el camino a casa; para muchos trabajos de montaje y de escritura, ha sido Circo Beat y Abre lo que ha sonado una y otra vez.

Sábado de Gloria. Cristo descansa en el sepulcro, preparándose para derrotar a la muerte y yo me preparo a hacer una reflexión, como cada Sábado Santo, de lo que quiero con mi aprendizaje en esta estación terrestre, para poder resucitar como se debe el Domingo de Pascuas... todo llega a su fin, hasta mis ermitañas vacaciones, que no me alcanzarán según veo, para escuchar cronológicamente a Fito, aunque me falta el domingo todavía (al menos llego hasta Naturaleza Sangre) ni para acabar con mi nueva serie favorita, en fin que es sábado y hay que volver a La Gaticueva... Entonces... ¿Qué escribir?...