miércoles, mayo 25, 2022

Tor Dif smusma je


 Mi primer pieza de narrativa seria, mecanografiada a los catorce años en mi querida Olimpus celeste portátil, escondida bajo el colchón y perdida en alguno de mis traslados de casa, fue un fanfic sobre los Transformers, la serie animada clásica sin CGI, donde me flipó por primera vez el novedoso tema de la inter conexión de computadoras; claro que  este escrito no tenía aspiraciones a ser considerado canon ni en esta ni en cualquier otra realidad alterna y era consecuencia lógica de toda una infancia de afición por la literatura y las series de ciencia ficción, desde Julio Verne hasta Star Trek TOS, pasando por maratónicas sesiones de cine en permanencia voluntaria, con Superman y Star Wars,  condición que me llevaba a preferir los zafarranchos de Mazinger contra cualquier bestia mecánica a Candy,  fascinarme con los libros de Biología y preguntarme ante cualquier situación confusa: ¿Qué haría el Sr. Spock?

Con los años, ser friki pasó de una condición vergonzosa por la que se reían de tu persona, a ser una moda más dentro de la cual poder camuflar tu rareza sin culpa, teniendo que soportar la trivialización e incluso la tergiversación de alguna novela o comic a manos de algún guionista desprevenido, pero obteniendo a cambio la licencia de murmurar  "¡Accio!" extendiendo la mano por toda la casa cuando se te ha perdido algo, hacer el saludo vulcano en público o colgar tu versión vulcana en la pared de tu cuarto, a propósito, la caricatura es obra de mi talentosa amiga y artista plástica salvadoreña Edith Hernández.

De modo que tener un 25 de mayo donde se juntan Star Wars, el Día de la Toalla y la tortuga galáctica de Pratchett es bienvenido y me sirve de excusa para re visitar a mi dilectos, cada año conmemoro la fecha haciendo cosas diferentes: leer todo lo de Tolkien o Harry Potter, Asimov, Bradbury, Anne Rice, Mary Shelley, Las Leyes de Adquisición Ferengis, filosofía vulcana o Los Juegos del Hambre, ver en orden cronológico Star Trek (tengo problemas para darle continuidad a lo nuevo de la franquicia), Star Wars, el UCM o Blak Mirror (y luego me deprimo, pero ya qué...). 

La mitad de mi afición es escapismo claro, pero la otra mitad es esperanza. Aún en las peores distopías orwellianas, se puede ver el retrato  del fascinante espíritu humano. Yo, sin embargo procuro mantener la esperanza a flote y me decanto por lo trekkie, porque me gusta creer que la humanidad podrá pasar los oscuros años de las guerras eugenésicas y el abuso tecnológico de mediados del siglo XXI para formar una sociedad laica respetuosa de  las diferentes identidades de género, culturales y filosóficas de sus ciudadanos, donde cada ser humano puede desarrollar sus talentos individuales para el beneficio colectivo y su plenitud personal, usando sabiamente la tecnología y donde claro, los capitanes de las naves estelares citan a Shakespeare, la gente se entretiene haciendo o disfrutando arte y las tripulaciones multi culturales, son capitaneadas por mujeres y primeros oficiales de culturas ancestrales.  

Sin embargo este año dejaré los terrenos conocidos y me tomaré el tiempo de conocer a George R.R. Martin, ya que un buen amigo me lo presentó hace rato pero no me había dado el tiempo de adentrarme en las tierras del Norte, a ver qué tal me va ahora que el invierno se acerca. Ya les contaré, mientras tanto ¡Feliz Día del Orgullo Friki! ¡Tor Dif smusma je! ¡Q´apla! y que la suerte siempre esté de su lado.