lunes, agosto 01, 2011

Lughnasadh con lluvia

Lughnasadh, luganastada o lammas, la fiesta de la primera cosecha o el día de Lugh, el poeta, el del largo brazo, donde se agradece por los primeros frutos y se reflexiona sobre el esfuerzo a realizar para obtener lo que deseamos.
Lugh llegó una vez, hace mucho mucho tiempo, ese tiempo donde ocurren todas las buenas historias, a la casa del rey Nuada, donde se celebraba una gran fiesta, el portero no lo dejaba entrar pero Lugh aseguró que él podía ser útil para algo y así fue como hizo de carpintero, guerrero, herrero, mayordomo y mago, aunque finalmente fue su habilidad como jugador de ajedrez lo que le aseguró un puesto en el palacio de Nuada y un puesto privilegiado de poder en el mundo y es que a Lugh no se le encuentra en un puesto definido entre el panteón de divinidades, pero tampoco es "el dios supremo", más bien es un dios sin puesto, sin función definida, porque puede hacer de todo, reflejar todo, por eso le nombran también el poeta, esa es una de las cosas que me llamó la atención de Lugh: él, que refleja todo de la naturaleza y los oficios, él es considerado el poeta.
La fiesta de Lugh se celebra en otras latitudes con hogueras y cuentos y mi sana intención de este día era irme a caminar por ahí a ver los árboles y pensar en lo que se piensa en este día, sin embargo la lluvia y la falta de sombrilla, porque invariablemente las pierdo y la época lluviosa me encuentra siempre sin algo con qué cubrirme, me pusieron a reflexionar bajo techo y por esas casualidades de la vida, en compañía de las cartas del poeta Federico García Lorca, invaluable obsequio de mi ex director Roberto Salinas, con quien compartimos la fiebre lorqueana hace muchas lunas ya, mientras nos divertíamos como osos montando Retablillo de Don Cristóbal.
Me encanta este Lorca de cartas, notitas y telegramas, con cotidianidad de calcetines limpios y cotilleo de noviazgos ajenos, con opiniones sobre libros, músicas y amigos, a la contra de los espejismos patrioteros y las visiones chatas y sobre todo, lo que siempre le agradezco a Lorca, tan capaz de hacer poesía sin palabras rebuscadas, de hacer poesía hasta por carta.
Así que sí celebre Lughnasadh con hogueras, con las hogueras del corazón y la poesía y cuentos de Lugh, Lorca y Falla y los libros por venir, con lluvia, café y libro y mucho agradecimiento por mi recuento personal de la primera cosecha y reflexionando en los esfuerzos por hacer antes de finalizar este año. Día rico en emociones y vivencias que me despejó del todo las nubes que andaba en el ánimo y en la cabeza.

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