Hazaña
O. Girondo
Todo,
todo,
en el aire,
en el agua,
en la tierra
desarraigado y ácido,
descompuesto,
perdido.
El agua hecha caballo antes que nube y lluvia.
Los toros transformados en sumisas poleas.
El engaño sin malla,
sin "tutu",
sin pezones.
La impúdica mentira exhibiendo el trasero
en todas las posturas,
en todas las esquinas.
Las polillas voraces de expediente cocido,
disfrazadas de hiena,
de tapir con mochila.
Las techumbres que emigran en oscuras bandadas.
Las ventanas que escupen dentaduras de piano,
cacerolas,
espejos,
piernas carbonizadas.
Porque mirad
sin musgo,
mi corazón de yesca,
qué hicimos,
qué hemos hecho
con nuestras pobres manos,
con nuestros esqueletos de invierno y de verano.
Desatar el incendio.
Aplaudir el desastre.
Trasladar,
sobre caucho,
apetitos de pústula.
Prostituir los crepúsculos.
Adorar los bulones
y los secos cerebros de nuez reblandecida...
Como si no existiera más que el sudor y el asco;
como si sólo ansiáramos nutrir con nuestra sangre
las raíces del odio;
como si ya no fuese bastante deprimente
saber que sólo somos un pálido excremento
del amor,
de la muerte.
Todo,
todo,
en el aire,
en el agua,
en la tierra
desarraigado y ácido,
descompuesto,
perdido.
El agua hecha caballo antes que nube y lluvia.
Los toros transformados en sumisas poleas.
El engaño sin malla,
sin "tutu",
sin pezones.
La impúdica mentira exhibiendo el trasero
en todas las posturas,
en todas las esquinas.
Las polillas voraces de expediente cocido,
disfrazadas de hiena,
de tapir con mochila.
Las techumbres que emigran en oscuras bandadas.
Las ventanas que escupen dentaduras de piano,
cacerolas,
espejos,
piernas carbonizadas.
Porque mirad
sin musgo,
mi corazón de yesca,
qué hicimos,
qué hemos hecho
con nuestras pobres manos,
con nuestros esqueletos de invierno y de verano.
Desatar el incendio.
Aplaudir el desastre.
Trasladar,
sobre caucho,
apetitos de pústula.
Prostituir los crepúsculos.
Adorar los bulones
y los secos cerebros de nuez reblandecida...
Como si no existiera más que el sudor y el asco;
como si sólo ansiáramos nutrir con nuestra sangre
las raíces del odio;
como si ya no fuese bastante deprimente
saber que sólo somos un pálido excremento
del amor,
de la muerte.
5 comentarios:
Que bonito tu post, muy apropiado a los tiempos que vivimos...
Muy bonito tu post, muy apropiado a los tiempos que vivimos... ¿Y como es eso que te pego un ladrón? Espero que estes bien y que ya pronto se te sequen los zapatos... :)
ya ves Vero, esas cosas que apsan por andar en bus en noches lluviosas y con los zapatos hay que tener paciencia, oajlá que pronto salga el sol
Cuanto de cierto!!
Es en estos tiempos cuando las personas muestran sus verdaderos rostros... El ladrón ni en emergencia perdona. El político tampoco. Y parece que es moda también colgar foos en redes sociales para que "vean que han ayudado", como si eso hiciera mejores a los que las publican... Personas que ni en emergencia pierden la oportunidad que tienen para ganar "likes". El otro día me contaron que unos ladrones entraron a un centro de acopio, armados a robarse la comida y la ropa... ¿será necesidad real?, o simplemente que no pierden la "oportunidad", también vi una foto de unos rescatistas ayudando a una señora de más de 70 años... en medio un río... Verdaderos seres humanos que hacen lo que pueden por los demás.
Y lo de ser uno de los países más vulnerables, tristemente, la solución no es tan difícil, pero el problema es que solo somos un juego de ajedrez para los que manejan las riendas del país, lastimosamente, hay gente que hasta muere para que ellos estén saciados.
Me encanta leerte. Bendiciones.
¡gracias Jorge! al menos ya ha salido el sol... ahora, lo que falta para volver a poner al paisito a andar...
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