sábado, mayo 24, 2014

Veintiocho

Me siento a la compu y trato de encontrar una historia, pero cómo se encuentra una historia cuando uno está perdido entre tanta sangre, tanta muerte y tanto miedo... 28 es un número que puesto en los diarios es noticia, en un informe es estadística, en una mesa de negociación es un elemento de "presión" (léase chantaje), pero traducido a la realidad son 28 historias truncadas porque si, porque estuvieron en el lugar y en el momento fatal, porque tiene que haber sangre para hacer que la desquiciada rueda de nuestra historia camine o se detenga, porque sangre ha llegado a ser la moneda de cambio en la violencia de nuestros días, donde parece que nadie mete las manos por las adolescentes violadas sumariamente, por los adolescentes ajusticiados con lujo de crueldad, por todos los que son asesinados cuando no alcanzan a juntar el dinero que les piden para pagar el derecho de vida del siguiente mes. 28 son los asesinatos que ayer  nos dejaron helados en nuestra versión salvadoreña de un viernes negro.
Ayer lo hablábamos con el grupo mientras suspendíamos nuestra función por ausencia de público y el pensamiento general era  muy claro: "antes por lo menos sabíamos de dónde venía el peligro, ahora no sabemos de dónde va a venir el golpe" y eso es algo más por lo que temer, sobre todo si uno vive en algunos de nuestros tres infiernos capitalinos donde el estado de terrorismo se convierte por momentos en el estado natural de cosas, por muy anti natural que vivir así sea.
De momento el impacto es todavía muy fuerte así que por este sábado, no pude encontrar una historia.

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