sábado, mayo 03, 2014

Toque de queda

Creo que tendría unos ocho años cuando aprendí lo que era un toque de queda: lo ponían para proteger a la gente, sin embargo  para toda la gente a mi alrededor esas palabras lo que menos producían era seguridad, a decir verdad producían una sensación angustiante cada vez que estabas en la calle y el bus se quedaba o por alguna razón sabías que se te estaba acabando el tiempo para llegar sano y salvo a tu casa en alguna de las colonias dormitorio repletas de obreros recién llegados del interior del país que sabían perfectamente lo que no acatar advertencias podía causarte. Algo así como Will Smith viendo el sol ponerse y preparándose para los zombies nocturnos en Soy Leyenda, excepto que media vez estabas encerrado convenientemente en casa no debías temer a los zombies, a no ser que guardaras en tu casa "material sospechoso".
Luego de tanto tiempo  en "paz y democracia", volver a ver la histeria colectiva en las calles del centro es como recibir un puñetazo en la boca del estómago, sobre todo porque en esta ocasión lo que lo provoca, aunque le digan "toque de queda", no responde al significado que da la RAE: "Medida gubernativa que, en circunstancias excepcionales, prohíbe el tránsito o permanencia en las calles de una ciudad durante determinadas horas, generalmente nocturnas", es más bien como entender que nadie va a defenderte de la amenza que te han hecho y lo mejor que puedes hacer es acatarla, porque si hay algo que no ha cambiado después de veintidós años es que los muertos los siguen poniendo los que sobreviven hacia abajo del Salvador del Mundo, donde como dicen las viejitas: "solo Dios con nosotros".
Y es aquí donde te sientes en ese punto donde uno no tiene derecho a la normalidad porque ves el reloj calculando salir antes del cumplimiento de la amenaza, porque ves a ambos lados cuando caminas en la acera ya que no sabes de dónde vendrá el golpe, porque ves a todas partes mientras te cruzas sobre la línea peatonal ya que sabes que a los automovilistas les vale madres el artículo 80 de la Ley de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial, porque estás pendiente siempre de por dónde escaparte sin mucho ruido, porque sabes que este sistema es tan ineficiente que no hay esperanza de protección, justicia y reparación para las víctimas... lo sabes desde que viste al gobierno "negociar" con grupos que extorsionan, violan, secuestran y matan. Y si, "negociar" va entre comillas porque cuando un gobierno otorga cosas a personas que han delinquido para que disminuyan el número de sus delitos, eso no es negociación, es lo mismo que hacen los pequeños negociantes cuando pagan para que no les maten... Y es aquí, en este justo punto repleto de frustración y temor donde 25 años después uno vuelve a preguntase: ¿Me voy o me quedo? Y se cae en la cuenta de lo poco que hemos cambiado en todo este tiempo.

No hay comentarios: