sábado, agosto 16, 2014

99 monos

Mi compusita tronó del todo y no puedo usarla, así que hoy tengo puntos y apartes, pero me muero de la preocupación por saber si mi pobre compañera de aporreos verbales será capaz de salir de esta. En fin, que hay que escribir la entrada de esta semana.
He vuelto a mi viejo vicio de leer en los buses y gracias a Ana Mercedes, he vuelto a una idea que hizo que tenga límites personales como llevar la basura en mi bolso hasta encontrar un basurero, no comprar en los puestos de las aceras y otras tantas que  en ocasiones abandono por estos apuros y pesares en los que la ley de la selva en la que vivimos nos hace pasar. Leo "El millonésimo círculo" de Jean Shinoda Bolen y leyendo recuerdo a la querida Consuelo Tomas, genial poeta  panameña que conocí cuando le dábamos forma al proyecto Carromato, que luego ha sido aprovechado por tantos colegas centroamericanos. Consuelo me explicaba lo de la Masa Crítica: el cambio no llega de golpe, el cambio llega cuando un número considerable de individuos se comprometen a cambiar  de manera consciente sus patrones de conducta y forman una masa crítica que cataliza los cambios.
Recuerdo que ese pensamiento puso a resonar algo en mí, pero fue hasta un par de años después, en una de estas conversaciones sobre Evolucionismo, con encarnizadas intervenciones darwinistas, lamarckistas y weismannistas, ignorando la cizaña de la transcriptasa inversa, que alguien citó en broma la Teoría de la Resonancia Morfogénica y la mitad de los charlantes se echó a reír como si les hicieran cosquillas, yo pregunté y alguien me presentó a Rupert Sheldrake como un biólogo trasnochado rayando en médico brujo. Aún así insistí y leí la Teoría de los campos mórficos:
"La resonancia mórfica es un principio de memoria en la naturaleza. Todo lo similar dentro de un sistema autoorganizado será influido por todo lo que ha sucedido en el pasado, y todo lo que suceda en el futuro en un sistema similar será influido por lo que sucede en el presente. Es una memoria en la naturaleza basada en la similitud, y se aplica a átomos, moléculas, cristales, organismos vivos, animales, plantas, cerebros, sociedades y, también, planetas y galaxias. Así que es un principio de memoria y hábito en la naturaleza".
Es decir, para que se produzca un cambio, un número considerable de individuos debe cambiar  y alcanzar un nivel crítico que modifique al conjunto entero. En "El millonéismo círculo", Jean Shinoda Bolen lo pone de esta manera: "La conducta de una especie cambia cuando las modificaciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico, es decir, cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos; a raíz de ello, el comportamiento y los hábitos de la especie entera experimentan una transformación".
Y para ilustrarlo, agrega el cuento de Ken Keyes Jr.: "El mono, Macaca Fuscata, fue observado en su estado salvaje durante un periodo de mas de 30 años. En 1,952, en la isla de Koshima, los científicos empezaron a proporcionarle a los monos patatas dulces, que dejaban caer en la arena.
A los monos les gustó el sabor de aquellas patatas, pero hallaban poco grata la arena. Una hembra de 18 meses de edad, llamada Imo, vió que podía solucionar el problema lavando las patatas en el océano. Le enseñó el truco a su madre. Sus compañeros de juego también aprendieron éste nuevo método y también se lo enseñaron a sus madres respectivas.
Esta innovación cultural fue aprendida gradualmente por varios monos ante la mirada de los científicos. Entre 1,952 y 1,958, todos los monos jóvenes aprendieron a lavar las patatas para que fuesen más sabrosas. Sólo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron ésta mejora social. Otros adultos continuaron comiendo las patatas sucias de arena. Entonces, sucedió algo asombroso.
En el otoño de 1,958, cierto número de monos lavaba sus patatas. Supongamos que cuando el sol salió una mañana, había 99 monos en la isla Koshima que ya habían aprendido a lavar las patatas dulces. Supongamos también que aquella mañana, el mono número 100 aprendió a lavar las patatas. Aquella tarde, todos los de la tribu de monos lavaron sus patatas antes de comerlas. ¡La suma de energía de aquel centésimo mono creó una masa crítica y a través de ella, una eclosión ideológica! Lo más sorprendente observado por los científicos era que la costumbre de lavar las patatas cruzó espontáneamente el mar.... ¡Las colonias de monos de otras islas y el grupo continental  empezaron también a lavar su patatas!. Poco a poco, más y más monos fueron aprendiendo el nuevo comportamiento, y un buen día, súbitamente, toda la colonia estaba lavando las papas. Pero lo más sorprendente fue que a partir de ese día, los monos de otras islas, sin contacto con los anteriores, también habían aprendido a lavar las papas, incluso los monos deTakasakiyama, en pleno territorio de Japón".
No sé si los modelos experimentales de Sheldrake sostienen con firmeza su teoría, si la acogí por mi afinidad con las revoluciones personales o si soy un mono más en este experimento, pero si probamos tantas otras cosas ¿Porqué no? ¿Qué es lo peor que podría pasar si un día, en lugar de seguirme quejando por lo mal que estamos, dejo de tirar la basura por la ventanilla del bus, comprar cachadas en las aceras, evadir impuestos, aceptar sobornos, poner la conveniencia por sobre la ética? ¿Qué pasa si hago los cambios de lo que no me gusta como funciona a un nivel individual y luego se lo enseño a quien tengo más cerca? Tal vez no pasa nada, tal vez solo mi entorno personal mejore o tal vez me doy cuenta que una golondrina hace verano cuando a pesar de todo vuela,  ya habrán otras golondrinas que se sumarán hasta quebrar el antiguo paradigma y hacer que surja uno nuevo... ese es un pensamiento verdaderamente aterrador ¿Y si la revolución comienza conmigo?

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