sábado, julio 12, 2014

De medio a medio

Veo el partido Holanda - Brasil, festejando la alineación de la naranja mecánica y esperando que mañana le vaya bien a Alemania, sin embargo no voy a hablar de fútbol en esta gaticueva, sino de algo que hace determinante que se vea más el fútbol que los ataques israelíes a Gaza... los medios. ¿Porqué? Porque justo esta semana me hicieron una entrevista respecto a la cobertura de medios a los eventos teatrales en El Salvador y ese es uno de los grandes temas con los que bregar como sector independiente de teatro. Si ya de por sí es difícil que los medios lleguen a cubrir las presentaciones teatrales en el Teatro Nacional, excepto cuando es un espectáculo extranjero y van a llegar autoridades estatales o personajes de la política local o es parte del "establishment teatral local", cuando el grupo o espacio que envía la información es emergente o tiene un trabajo independiente (sin apoyo estatal, de grandes ong's o partidos políticos), el conseguir cobertura se torna algo como 10 contra 11 cuando a quien te han expulsado es al portero. Aún con todo, los grupos y artistas independientes envían constantemente información a los medios, sobre todo a la prensa escrita, en espera que a alguien le falte una nota y puedan usar tu información como relleno, que es para lo que se ocupa la nota cultural en nuestro país... digo nota cultural, no sé si atreverme a hablar de periodismo cultural o de crítica de arte. Excepciones aparte resultan Canal 10 por su definición como canal cultural, el Suplemento Cultural Tres Mil de Co Latino y La Bohemia de YSUCA, ambos conducidos por escritores, lo que dota a estos espacios de sensibilidad hacia los colegas artistas. Este panorama resulta a veces desesperante y por lo mismo, se agradece cualquier espacio de difusión que los medios tengan a bien darte, aunque eso implique que tengas que acosar al periodista o que te respondan como si te estuvieran haciendo un inmerecido favor al darte espacio... Y luego, cuando hay oportunidad de publicación, debes tener cuidado de enviar el material tal cual quieres verlo impreso, porque nadie lo revisará, harán un copy and paste y lo pondrán tal como lo has enviado y si el que lo ha hecho no se ha fijado demasiado, seguro hasta aparece la frase: "agradeceremos su apoyo en la difusión", lo sé, nos pasó en un par de ocasiones... si el medio es radio o tv, hay que rogar que el presentador no chabacanee demasiado a tu costa y te dé tiempo de hablar de tu propuesta artística, más allá del: "qué chivo eso del teatro" , si el medio es electrónico hay un poco más de suerte al ver reflejada una crónica que tal vez cuente si llegó o no público y lo que pasó en la obra, eso si no te hacen alguna entrevista en donde se habla de casi cualquier cosa excepto de tu trabajo artístico. Con mi entrevistadora llegábamos a la triste conclusión que eso era porque los periodistas no tienen ni idea de qué investigar o escribir cuando de periodismo cultural o crítica de arte se trata, y eso solo en teatro, ni hablar de literatura, música o investigación académica. Entonces me doy cuenta que hecho mucho de menos esa fabulosa generación de periodistas culturales: Morena Azucena, Ada Montalvo, Verónica Vásquez, Tomás Guevara, Francisco Ayala, Carmen Tamacas, Blanca Abarca y las notas metaleras de Orsy Campos, ellos eran lo primero que yo buscaba al abrir el periódico ¿Será que el periodismo cultural se extinguió y lo único para que se estudia periodismo hoy es para ser presentador? Ojalá que no y ojalá que los empresarios de los medios de comunicación puedan dar al menos una pequeña oportunidad para que el periodismo cultural resurja, mientras tanto, los artistas salvadoreños continuarán remontando corriente para lograr al menos un breve espacio de difundir su trabajo hacia la sociedad para la que laboran.

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