sábado, septiembre 27, 2014

Cuénteme...

Llegamos por la mañana a la clínica comunal del Seguro Social en Santa Tecla. Arreglamos la mesa, conseguimos las sillas, Martita colocó nuestro cartel y Mario y yo nos preparamos a recibir a nuestros pacientes. Una vez más habíamos abierto nuestra clínica poética. Era la segunda vez que acompañaba a Mario Noel en su proyecto "Lectura en voz alta y se hacen versos de amor".
La gente se comenzó a juntar y a preguntar: ¿toman la presión? ¿están despachando medicamento? ¿qué están regalando?. - Poemas, dijimos, y comenzamos a tener fila de espera.
La primera vez que lo hice casi entré en pánico... ¿escribir poesía? ¿de lo que te cuentan? ¿para alguien que no conoces? Pero las palabras son mágicas, una vez que empiezas a usarlas y a jugar con ellas, se corre la voz y llegan todas en tropel a ver para qué son buenas.
La gente llega, se sienta, habla, sonríe, te dice lo maravillosa que puede ser la vida, te pregunta, llora, a veces en cuanto se sientan se les llenan los ojos de lágrimas y te cuentan cosas que no le cuenta a su médico.
Así llegó una señora. Al principio nos miró con desconfianza, como si lo que estaba sucediendo no fuera posible. Luego se sentó y me pidió algo para su hija mayor... luego hablamos por un buen rato y me contó una de esas historias duras que se te quedan atravesadas en la garganta y que brotan una vez si y otra también de los labios de muchas mujeres en este país donde ser mujer es oficio peligroso. Yo escribí y ella leyó. Cuando levantó la cara del papel tenía esa mirada  de quien ve escrita su historia.
¿Y usted como se llama?, me dijo cuando nos despedimos y siguió: nunca me imaginé que me iba a escuchar una poeta y que me iban a escribir, le voy a pedir a Dios que a usted le vaya muy bien con sus libros, y se llevó mi papel como quien se lleva el importante resultado de un examen. Yo me quedé pensando en todas las veces que me han preguntado porqué hago lo que hago, de seguro debe ser por días como este, donde en medio de todo el dolor cotidiano, podemos ver la belleza en el otro.

No hay comentarios: