miércoles, mayo 16, 2018

Des-madres

Mayo tiene dos cosas: el día de las madres y el aniversario de nacimiento y muerte de Roque Dalton.
Roque nació el 14 de mayo de 1935, es decir que el lunes 14 estuvo cumpliendo 83 años y fué asesinado cuatro días antes de cumplir los 40 y ya que estamos sacando cuentas, este fué el 43 aniversario de su asesinato y sigue desaparecido porque sus asesinos, sus ex-camaradas,  uno de los cuales ostenta un cargo de servidor púbico en el gobierno de turno, se niegan a decir dónde tiraron su cuerpo, mientras continúa el eco de la famosa frase "errores de juventud" o casi que como diría el inolvidable comediante santaneco  Aniceto Porsisoca: "uno de cipote es tonto" y así se van pasando porque a papá estado le da pereza preguntar... si hay algo que me intriga más que esos comerciales del día de la madre, donde todas las mujeres salen tan lindas y frescas, como si no se hubieran desvelado jamás en la vida y estuvieran allí nada más que para recibir  el último electrodoméstico de regalo que hará más estupenda su vida, si hay algo que me intrigue más que eso, es el hecho de pensar ¿A quién diablos se le podría ocurrir matar a alguien el día de la madre?
Y es que no fue que hubo un enfrentamiento y en el tiroteo mataron al tipo, no. Tuvieron tiempo de decidirlo, de organizarlo... ¿No podían haberlo dejado para otro día? Es que mira que es algo macabro, el tipo puede ser un peligro o puede caerte más mal que golpearte el dedo pequeño del pié en la esquina del gavetero al no más levantarte en la mañana, es más, podría ser que el tipo sea el más hijueputa de todos, pero aún así será hijo de alguien y bonito regalo pues, de esas cosas en las que parecemos ser especialistas en nuestro país imaginado.
Hace un año por estas mismas fechas vi, creo que en un libro, una foto de Roquito vestido como de comunión porque como dijo Exupéry: "Todas las personas mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan)" e inmediatamente pensé en doña María García, la mamá de Roque, viendo por la ventana y preguntándose: "Dónde estará este muchacho", porque para las mamás no importa los casi cuarenta que se tengan o sobrepasen, uno siempre es un muchacho al que hay que recordarle que no coma solo chucherías y que duerma bien... pensé también en su Aída, fusilando la noche y guardando a los hijos en el hogar lejano. Pensé en este pequeño país de mujeres que esperan hijos, hijas, esposos, padres, madres, respuestas. Pensé que es terrible pasarse toda la vida esperando lo que uno sabe muy en el fondo que es cierto, pero que se necesita escuchar. Somos un país de desaparecidos en la niebla de la impunidad y personas que esperan viendo por la ventana de los días. Roque Dalton es uno de esos retratos imborrables de la impunidad en nuestro país. Pensé en lo terrible que es esperar a alguien que desaparece y en el alivio que produce saber adónde hay que llevar las flores... eso lo sé por experiencia. Pensé en los personajes que he escrito sobre esa imagen y en los que estoy escribiendo en estos días: eso tiene escribir, tenés esa imagen recurrente que te mantiene despierta en la noche y no queda más que escribirlo hasta sacarse todo lo que duele, o al menos intentarlo.
Pienso en la mamá de Roque, pienso en cómo se vive después de recibir un regalo tan macabro de día de las madres y entonces recuerdo que las madres de los anuncios muchas veces no tienen que ver con las madres que veo todos los días en mi colonia, o en el bus, o en las comunidades que visito, o en el penal o en la página roja de la noticia cotidiana o en las que me imagino al ver las páginas fotocopiadas, pegadas en los postes de la luz, preguntando por fotografías de adolescentes que fueron vistos por última vez en tal fecha... esas madres seguro a la fecha de hoy siguen en las ventanas, esperando.


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